La carrera aeronáutica está llena de obstáculos alimenticios.
Vivimos en una sociedad acelerada en la que comer sano y siempre a la misma hora es recomendado y complicado. Esto se agrava cuando tu oficina se encuentra en el avión.
Jornadas de más de doce horas, acceso fácil a comida rápida, horas de sueño que chocan con nuestro reloj biológico y no poder elegir a qué hora comemos o cenamos, son algunos factores que nos condicionan a todos los que nos preocupamos por llevar una alimentación saludable.
Dependiendo de la aerolínea en la que trabajes podrás contar, o no, con entendimiento y ayuda en este aspecto. Desde las que te surten de comida en tu jornada, ofreciéndote varias opciones para vegetarianos, celíacos, alimentos bajos en sal, etc. Y programan los platos en un vuelo a la hora apropiada y con tiempo suficiente para que comamos, hasta compañías en las que ni siquiera tienes acceso gratuito a agua potable. No hablemos de comidas.
De todos modos, por nuestro propio bien, no debemos caer en la comodidad de comer cualquier cosa o de no ingerir nada en el trabajo. Es muy común que, cuando un TCP entra, por primera vez, en el gremio, por nervios o miedo a que le llamen la atención, deciden no comer hasta que llegan a su casa o al hotel.
Hay días en que no paramos de quemar calorías que hay que reponer. En las mencionadas jornadas de más de doce horas, el cuerpo necesitará que cuides de él como si fuese una máquina. O cargas tus baterías o puedes acabar en urgencias. Desmayos a corto plazo y, con vistas al futuro, quién sabe qué consecuencias puede tener este estilo de vida en tu salud.
Vida sólo hay una y hay que cuidarla.